En la última reunión de La
Calle de la Luna, surgió un pequeño debate alrededor de una invitación para
leer en un homenaje a Dardo Dorronzoro, herrero, poeta y militante lujanense
desaparecido por la última dictadura militar en Argentina. Nos preguntábamos si
valorábamos a Dardo por sus opciones de vida o por su obra literaria.
Coincidíamos en que, en general es lo
primero que da valor a lo segundo, pero que nos proponíamos leer su obra y
revisarla en términos estéticos y literarios. Ahora bien, la pregunta es la siguiente: ¿se
puede disociar lo primero de lo segundo? Yo creo que no. Nunca. Jamás. Es
imposible.
Como la vida, la literatura está llena de bellos caminos
coincidentes y esta semana me topé con otro escritor y poeta que viene a
reafirmar mi hipótesis: Camilo Blajaquis. Camilo en realidad se llama César
González, nació en la villa Carlos Gardel y pasó varios años de su corta vida
en institutos de menores con régimen cerrado y cárceles de adultos, luego de
cumplida su mayoría de edad. Y aquí surge otra pregunta: ¿qué es lo que hace
que hoy yo esté escribiendo sobre este pibe y no sobre los miles y miles que
han pasado por estas despreciables instituciones cerradas? Es que, de éstos
últimos hay interminables ensayos sociológicos, escritos sobre derechos
humanos, declaraciones internacionales incorporadas a la Constitución Nacional
y notas periodísticas. Pero Camilo es un poeta. En el 2010 editó su primer
libro de poemas, que ya va por su tercera edición: La venganza del cordero atado en Ediciones Continente.
A pesar de mi resistencia a equiparar la idea de crecimiento
con la de evolución, puede decirse que hay una evolución en la escritura de
este poeta, desde sus primeros escritos en el Instituto Agote hasta su salida
en libertad condicional, donde culmina el libro. Y esta génesis está vinculada
al caudal de libros que Camilo ha podido leer en sus años de encierro, su
acercamiento a poetas, novelistas, filósofos existencialistas y tantos otros,
que seguramente a mí, simple lectoescritora aficionada, me demorará muchos años
poder conocer. Camilo es ante todo un lector, un exquisito lector tumbero. ¿Y
por qué esta última adjetivación? Por lo
mismo del principio, porque la obra de este poeta, es indisociable de su
realidad de pibe nacido en una villa, perseguido por la policía aún antes de
cometer cualquier delito, juzgado por una sociedad que impone el consumo como
norma cultural por excelencia y les
ofrece cual espejos de colores a tantos corderos, un par de llantas nikes, una campera adidas
posta y un fierro de contracara.
Quiero destacar de la obra de Camilo la riqueza de recursos
poéticos utilizada ya en sus primeros poemas
en el Instituto Agote, como Siesta en el Agote (P.54)
“Abandono el hábito
innecesario de todos los días para masturbarme con la fragancia a revista que
tienen las estatuas de mujeres que viven dentro de mi pared”
…” cuatro botas se
fuman un cigarrillo mirando el encierro desde debajo de una baldosa”
La capacidad de conjugar la materialidad capitalista con una
sensibilidad que excede ampliamente lo que un sistema de producción puede
imponernos y que está marcada por una
rebeldía esperanzadora. En Simplemente
Sensaciones (p.82), escrito en el Penal de Ezeiza, aparecen las palabras fragmentadas, como la propia vida de Camilo,
enlazadas sólo a través del poder lúdico de la poesía:
“Nike, Adidas, Reebok
Chorros, rastreos,
violines
Traslado, cansancio,
dolor,
Sangre, rezo,
esperanza”…
Camilo también cuenta con una riquísima prosa poética y
descriptiva, de la que destaco Villas: La
Vida en un mundo aparte o así se vive apartado del mundo (p.49)
“Las madres que lloran
la muerte del hijo chorro en velorios propios y ajenos.
Más patadas que gambetas
en el campeonato de fútbol, los domingos a la tarde. El aire intoxicado por el
porro cortado que está vendiendo hoy la transa. Los evangelistas y sus gritos.
Los perros persiguiendo las motos.
El guiso salvador al
mediodía, el mismo guiso a la noche, lo que quede del guiso mañana”.
Y volviendo a las coincidencias en la literatura, luego de
leer un bello poema de Perlongher que nos ofreciera MEM en La Calle de la Luna, y de adentrarme en la musicalidad y
musculatura de las palabras que propone este escritor, me topé con Fantasma Imperceptible (p.43), escrito por
Camilo en el Sanchez Picado, ya muy cerquita de la libertad (valga esto también
para su escritura).
…“amnesia del síntoma
tus miedos absueltos
deambulan eternos
alumbra el alambre
astillan el llanto
hechizo del cuelgue
bendice mi agua”…
Para concluir, es destacable que Camilo en su obra, al igual
que muchos poetas, plantee qué es lo que debe hacer un poeta. Y en su
qué-hacer, en el que quizás (o no) predomina la escritura por sobre otras
praxis, plantea algo muy similar a lo que Dardo nos decía ya en su poema Declaración Jurada. Se escribe como se vive,
prologó una vez un amigo escritor y tanto Dardo como Camilo engalanan esta consigna:
“Porque todo antes de
ser poesía debe pasar por mi corazón, darlo vuelta con el grito para arriba,
colocarlo cara al alba, cara al cielo. Todo debe pasar por mi sangre, por mis
huesos, por mi respiración, por el corazón de mi sangre.
Pues yo soy un poeta no
un hacedor de versos bonitos. Yo soy un poeta que ama a los que no tienen amor
ni pan, a los que se van sin haber llegado, a los que a veces sonríen, a los
que a veces sueñan, a los que a veces les crece un fusil en las manos y salen a
morir por la vida.
En suma: yo he sido,
soy y seré un poeta revolucionario. Sobre mi tumba verán florecer un puño.”
Fragmento de Declaración
Jurada de Dardo Dorronzoro.
“La voz del poeta tiene que ser la
reunión de varias voces,
la explosión de todos los sonidos
la fragancia de muchas heridas
abiertas
la aguja que la venda descose
la magia que convenza
de callarse a los vagones”
Fragmento de
Ferrocarril Angustia de Camilo Blajaquis.
Camilo es la aguja del pajar, es una falla del sistema, es la incomodidad permanente para lo establecido.
ResponderEliminarEs imperdible la entrevista que le hiciera Aliverti en su programa. http://decimequiensosvos.com.ar/
Fue el 1/7/2012
Genia Eva, rescatando a Camilo, uno de los grandes héroes en este lio!
ResponderEliminarEl pibe es un ejemplo de que participar en ciertos ámbitos de la cultura letrada no implica impostarse, ni suavizar los planteos, ni la sintaxis, ni la mirada.
Hay espacio para la irreverencia, para el cross a la mandíbula. Dicen que los sectores sociales van tomando conciencia de su lugar en la historia a medida que se desenvuelven en ella, que despliegan su capacidad, su visión, y sus formas socialmente.
Bienvenida la cultura de los bordes, de los márgenes, de las orillas; en ella están los elementos que prefiguran el futuro nuevo que merecemos todxs. Y que debemos conquistar, disputar, y construir, con la fuerza de lxs Dardxs, de lxs Camilxs, de lxs que se animan a desplegar sus sueños, en medio de este lío.