Chachawarmi
en el corazón de invierno
el frío nos mueve hacia adentro
hacia nosotros
nos volvemos semilla que espera al calor de la tierra
quizás una promesa de primavera o verano,
un viaje por las tripas desgarradas
de una América profunda.
mientras sentimos ese calor
el calor de un bebé
en el aguayo de una chola
vemos toda la chachawarmi
desplegándose a nuestro alrededor
el agua y su cíclico volver a caer
evaporarse y volverse líquida
el caos que se presume humano
el orden que se plantea cosmos
es lírico ver el pasto blanco de rocío
una tiniebla en la madrugada
subir a la cima de la montaña para volver a caer en el desamparo más absoluto
redondear el saber por dónde menos se mide, por algo que pasa por otro lado
y así somos como luciérnagas
vamos alumbrándonos
difuminándonos
en la madrugada
jugando a que somos miles
cuando sólo somos dos en la cama
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