Litoral




Yo no soy de esos gringos que no saben
cuándo dejar de trabajar
me dice mientras cargamos
las herramientas 
y se frota las manos
rugosas
que le moldearon tres décadas
de trabajo en la ciudad.

Yo no soy de esos viejos chacareros
que aunque ya no hagan nada
madrugan igual
me cuenta
y se acuerda de las diez mil mañanas
en la fábrica
cuando la casa 
era un cuerpo en crecimiento
que había que alimentar.

Ahora trabajo tranquilo
y cuando se hace de tarde
salgo a la puerta
a matear.

No tengo miedo
que me vean paspando moscas
y me tilden de vago
que es lo peor que te puede pasar.

Nadie se conforma
ahora
todos quieren más
dice mientras vamos
cruzando la llanura
por el Camino Real
perdida la mirada
en los surcos puntuales de la pampa
mientras recuerda
su infancia en Villaguay
donde sobraba de todo
me cuenta
menos trabajo
pero estaban los amigos
para ir a pescar.

De quince
quedaron cuatro
me explica
los demás nos vinimos para acá
y acá seguimos
por ahora
en Moreno
en Rodríguez
en Luján.

Cada tanto vuelvo
cuando puedo
una vez por año
si hay suerte alguna más
pero también está cambiando
todo por allá
ahora hay más trabajo
es cierto
pero también menos monte
para cazar.

Ya sabés
gaucho
si precisás algo
donde me vas a encontrar
me dice
mientras se despide
y señala la puerta
entornada del hogar
y acordáte que el precio
lo podemos arreglar
a mi no me gusta cobrar caro
sabés
como dice un amigo
¿para que voy a tener frío
si no me puedo abrigar?

1 comentario:

  1. Mauro,
    Éste es el mejor poema que has publicado por acá, está muy bien narrado. Y hay un verso (Ahora trabajo tranquilo) en el que hoy pareciera hablarme a mí: hoy es lo que más anhelo una vida así, con la tranquilidad de la vida rural.

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