Elogio de las redes y de la multiplicidad de voces



Hoy tengo ganas de hablar de nosotrxs, lxs que hacemos este blog. Ya van tres acciones concretas que hacemos como grupo fuera de la Calle de la Luna. La primera acción fue en el homenaje a Dardo Dorronzoro, donde leímos poemas del autor desaparecido. La segunda fue cuando nos presentamos como grupo en el centro cultural Artigas, en el espacio que se da todo los meses y que se llama Liturgia. Y hoy fuimos a la Radio de la Casa a comunicar nuestras ganas de seguir haciendo. Sin embargo, como esta sección del blog es "Y no pidan que lo argumente" y es donde tratamos de hablar de otros autores, también voy a hablar de un autor teórico que me gusta mucho: Michel Serres.
Este autor, en su texto más reciente: PULGARCITA, escribe lo siguiente: "El caos no murmura sólo en las escuelas o en los hospitales, no emana tan sólo de los Pulgarcitos en clase o de los sollozos en paciente espera, sino que ahora llena todo el espacio. Los mismos profesores charlan cuando el director les habla; los internos conversan mientras oyen la perorata del patrón; los gendarmes hablan cuando el general da órdenes; reunidos en la plaza del mercado, los ciudadanos hacen ruido cuando el intendente, diputado o ministro arroja sobre las cabezas su lenguaje convencional. Citen, dice Pulgarcita, irónica, una sola asamblea de adultos de la que no emane, divertido, un barullo semejante.
Saturados de música de fondo, el bullicio de los medios y el griterío comercial ensordecen y adormecen, de ruido lamentable y de drogas calculadas, esas voces reales, más las voces virtuales de los blogs y las redes sociales, cuya cifra incalculable alcanza totales comparables a la población del planeta. Por primera vez en la historia, se puede oír la voz de todos."
Y eso es algo de lo que nos encargamos nosotrxs lxs que hacemos este blog: multiplicar las voces. Si hacemos este blog es para que vos te des cuenta que también podés armar tu grupo, tu banda, tu cofradía, tu lo que quieras y rearticularlo en la web, meterte en el tumulto de los discursos y ser uno más que boga en el medio del murmullo generalizado. Somos menos que sombras pero tenemos un cuerpo que late detrás del teclado y quiere decir, siendo mínimos, imperceptibles, pero en definitiva, decir lo que se nos cante.
Ser imperceptible no es algo malo. ¿Quién puede ser un gran autor hoy en día? ¿Quién puede ser un gran héroe? Hay que abrirse a los empujones en el subte como hay que abrirse a empujones entre los discursos y siempre teniendo conciencia del valor de decir, por cualquier medio, como sea, lo que uno tenga ganas de decir. 
Ya bastante las instituciones están horadadas. ¿En qué creeremos? ¿En los militares, en la iglesia, en los colegios, en las intendencias? Lo mejor es creer en una comunidad invisible pero persistente, que se abre paso a partir de la creatividad comunitaria. Es decir, esto es un elogio de Michel Serres pero también es un elogio de la multiplicidad de voces. ¡Abajo el Ego del autor! ¡Abajo el traumatizante "deber ser" del escritor! ¡Arriba la creatividad! ¡Seamos hormigas surfeando libidinalmente en este mar de voces! ¡Produzcamos más escritores, más lectores, más personas que vivan la vida! Porque para saber que la piedra es piedra, para eso sirve el arte.

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