Dios me libre
de este marasmo furioso de clavos oxidados
que discute con mi cuerpo
en mi cuerpo
y exita el odio
obturado entre las vísceras
desde hace tiempo.
Posesión latente, evitada, aplazada.
Camino desandado de la meditación.
Dios me libre y te
guarde,
de mi
Me gusta pero debo admitir que el principio va más lento y cobra todo su peso hacia el final. Las últimas tres líneas tienen más furia que todo el resto, aunque las palabras sean más sutiles. La magia del su uso. Bien por eso.
ResponderEliminarGracias por la atenta lectura y por el comentario. Siempre es bueno el feedback.
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